Hay temas que te tienen muy alterada, con los nervios a flor de piel, sobre todo ahora que llevas varios días de inactividad y te quedan otros cuantos.
En gran medida podrías liberarte de esta carga soltando todo lo que piensas, pero te lo guardas para ti y esto te pone a cien. Deberías hablar claro con quien forma parte de tu problema y eso no significa pelearse sino dialogar.
Eres tan impulsiva que a veces tienes que echar el freno. Di lo que piensas sin que tu estado nervioso influya y luego escucha lo que tenga que decirte tu interlocutor o interlocutora.
Busca la manera y las palabras, y presta atención a los razonamientos de los demás. Recobrarás toda tu tranquilidad y energía, que buena falta hace en estos momentos, y te sentirás mucho mejor.